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Arquitecto: Juan M. Otxotorena
- Área: 15529 m²
- Año: 2012
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio responde a una idea gestada durante largo tiempo. Se proyecta como sede definitiva para la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Navarra; y posee una amplia dotación de aulas y salas disponibles para el desarrollo del conjunto de su oferta docente, adaptados a su evolución. Se ubica en el campus de esta Universidad en Pamplona. Y se localiza a continuación del actual edificio de Derecho, con el que se comunica mediante diversos accesos en sus fachadas Este y Sur. Se prevé una estrecha convivencia entre ambos. Sus medios y ofertas se complementan y, en principio, compartirán alumnos y espacios.
De hecho, se pretende la máxima interconexión entre ambos edificios: la nueva construcción debía funcionar en total continuidad con él, hasta el punto de compartir un único acceso desde el exterior y enlazar con sus circulaciones principales en todas sus plantas. Había de proponerse incluso complementar la actual oferta de aulas con que cuenta el de Derecho, todas de gran dimensión y aforo: debía incluir al efecto un cierto número de nuevas salas de diversos tamaños para aulas y seminarios, en general más reducidas, de acuerdo con las nuevas directrices rectoras de la enseñanza universitaria debidas al gran proceso de redefinición de titulaciones y planes de estudios que arranca con la célebre Declaración de Bolonia. Se quiso desde el principio que la nueva construcción ofreciese un ámbito de trabajo universitario grato, moderno y a la altura de la ambición de los objetivos docentes de la Universidad, vinculados a sus ofertas de mayor selectividad y prestigio. A su vez, aparece marcada desde el principio por el nuevo protagonismo adquirido en el mundo universitario por los programas de Postgrado (programas de Máster y Doctorado).
Por lo demás, debía incluir un importante número de despachos para profesores, capaces de dar cobijo a su trabajo investigador y su dedicación al asesoramiento personal de los alumnos, en las inmediaciones de aquellas dependencias del centro que concentran su actividad y presencia. La concepción del nuevo diseño se ligó desde el inicio a las nuevas demandas de la enseñanza. Y explica la opción por unos amplios espacios de trabajo para los alumnos de concepto un tanto innovador, orientadas a un uso abierto, variado e informal. Se trata de unos generosos vestíbulos de uso polivalente en los que, además, cabe el libre desarrollo por parte de los estudiantes de diversas actividades relacionadas con el estudio: trabajo individual o en grupo, discusión de casos, consultas, conexión a Internet, etc. Desde el punto de vista de las condiciones de forma del edificio, destaca sin duda su intensa relación de proximidad y aun su contacto físico con el de Derecho, ya aludida. Además, se deseaba respetar en la medida de lo posible la cuidada campa verde que desciende suavemente hacia el río ante este edificio, la cual forma parte indudable del patrimonio ambiental del campus.
La construcción se adosa al edificio de Derecho, con una estructura que cabría leer como la suma de un volumen de porte relativamente similar, fiel a sus alineaciones fundamentales, y el añadido de una nueva fachada común. Ésta se justifica también por la solución prescrita para el acceso; y adquiere un notable protagonismo en el conjunto resultante, debido a su excepcional longitud. Además, proporciona su fondo de perspectiva a la campa. Se concibe como una fachada de estructura seriada y expresión rítmica, coherente con su escala. La compone un sistema de elementos prefabricados de hormigón, dispuestos en paralelo a modo de grandes lamas verticales. Y quiere actuar como un dispositivo filtrante de espacialidad y vistas, y a modo de parasol para los tramos del alzado marcados por su vocación de transparencia.
El alzado en cuestión, orientado a Sur, se pretende permeable y capaz de relacionar interior y exterior. Su diseño iría a favor tanto de la calidad de sus espacios internos, que se benefician de la apertura de vistas y la luminosidad consiguiente, cuanto de su imagen externa, que evita el impacto de una eventual pantalla de opacidad radical en la visión frontal del volumen. Las otras fachadas están enteramente abiertas al exterior, con un cerramiento continuo de vidrio. Éste, no obstante, presenta una expresión pautada por los elementos verticales de su estructura: ella se proyecta hacia el exterior al efecto de asegurar su protección frente al soleamiento y de mejorar la limpieza geométrica de los espacios. Esta última decisión se adopta también al hilo de una indicación expresa en tal sentido, orientada a ganar flexibilidad en previsión de eventuales cambios en la futura distribución de las plantas. La imagen exterior, basada en el hormigón y el vidrio, se complementa con la introducción de diversos revestimientos metálicos, opacos o más o menos permeables; su diseño busca la precisión técnica, el contraste expresivo y la calidad visual.
La opción por el protagonismo del hormigón visto se extiende al resto del edificio. Se justifica por obvias razones de consistencia, estabilidad y solidez; y enlaza con la de los edificios vecinos. El programa se distribuye en su mayor parte en plantas baja y primera. La planta baja, que es la de ingreso, alcanza mayor altura en determinados puntos. Se prevé la existencia de un sótano que aloja las instalaciones y una reserva de espacio para futuras necesidades. La organización interior del edificio se pretende eminentemente racional. Se basa en una geometría elemental que privilegia los paralelismos, las perpendicularidades, la repetición regular de patrones y las alineaciones de estancias y elementos constructivos. Y bascula sobre la creación de un amplio patio central cubierto llamado a asumir el pulso de su distribución y espacialidad.
Este gran patio interior está llamado a constituir el núcleo dinamizador de la vida del edificio. Todo gira a su alrededor: actividad, espacio y circulaciones. Según lo dicho, se dispone además a su alrededor una serie de extensas áreas destinadas a acoger simultáneamente usos de estancia, descanso y trabajo para los estudiantes; distribuidas por plantas.
El grueso del programa de necesidades se desarrolla en dos pisos que se extienden en el conjunto de la superficie ocupada y se comunican en altura; el patio central, de hecho, las atraviesa hasta asomarse en cubierta mediante los correspondientes lucernarios en pos de un complemento de iluminación natural. La masa edificada asociada a la fachada principal se corona con un desarrollo lineal de despachos para profesores en una planta superior. Y la volumetría se completa con una serie de cuerpos adosados entre los que cabe distinguir los correspondientes al decanato, la capilla y la ‘torre’ situada en la parte posterior, destinada a salas de trabajo para profesores y equipos de investigación.